La pieza obtenida pasa por un primer proceso de desbastado y esculpido mediante una pequeña muela, similar a la de un dentista. Este proceso lo realizan tres personas en tres fases diferentes, utilizando, en cada una de éstas, una muela más pequeña y más fina. Se repasan todas las formas, flores, ojos y todos los detalles otorgándoles un toque personal.
A continuación otra persona, con la ayuda de un chorro de arena a presión, retoca la superficie quedando la pieza preparada para ser pintada. En primer lugar se da una capa de preparación a la totalidad de la figura, a continuación se pinta la piel, cara, brazos y piernas, consiguiendo unas sombras que destacan los movimientos de la cara y la piel. Seguidamente se pinta el resto de la pieza. El proceso de pintado es muy parecido al utilizado en un cuadro al óleo.
Las personas que pintan parten de los colores, preparados por Montserrat Ribes, y los mezclan en paleta consiguiendo una gran pluralidad de tonalidades con las que pintarán la pieza en diferentes capas, hasta conseguir el aspecto deseado por la artista.
Las personas que pintan están formadas y seleccionadas en la escuela de Montserrat Ribes.